ENTRE EL AMOR Y EL ODIO, ESTÁ GANANDO EL ODIO
Cómo tanta resistencia y animadversión con Trump!
¡Cuántas cosas no despierta en el mundo una persona como Donald Trump!
La balanza se bambolea entre el amor y el odio. Son muy pocos los indiferentes.
Lo cierto es que en estos tiempos de “diversidad” lo que más se percibe en el ambiente es la “odiosidad”. Como que va ganando el odio...
He aquí una mención de los otros líderes “históricos” –y contemporáneos-, que han llenado las enciclopedias con sus escándalos de toda índole, alta corrupción y oscuras escalas de valores, y por lo mismo son y han sido objeto de mucho resquemor u odio:
- Comenzando por el rey de España –y su yerno que ya fue condenado por corrupción-, y el magnate Berlusconi, el extrovertido “todopoderoso” ex -capo de Italia…
- Todavía odian al Príncipe Carlos de Inglaterra por haberle sido infiel a Lady Di
- A los “Castros” por su filosofía marxista y las nefastas consecuencias para Cuba;
- Odian a Evo por su tozudez y amor al poder, a Maduro por ser tan tonto, al ex de Perú, Toledo, por su amor al dinero;
- En Rusia odian a Putin por ser un mafioso ex KGB;
- En Argentina a Macri por ser de Boca –ni hablar de “Cristinita” y sus “conventos”;
- En México odian a Peña Nieto por su incapacidad para impartir justicia;
- En Nicaragua odian a Ortega por ser un sandinista arrepentido;
- En Brasil a Lula y Dilma por corruptos, y al actual, que es de “Temer”, por ser un zorro aprovechador;
- En Chile, odian a Lagos por el Transantiago y las privatizaciones que hizo.
- Odian a Piñera por su forzada sonrisa y la “trucha” manera de hacer la fortuna que tiene.
- A Bachelet por su inoperancia y carencia de liderazgo.
- Etc., no es disconformidad, es odio, y odio con frecuencia expresado visceralmente. El “común denominador” de casi todos ellos: Falta de Probidad o dignos de toda “Desconfianza”.
(Algunos odian hasta al Papa –y no por ser argentino-, sino por ser jesuita, haciéndolo responsable de los gravísimos delitos de la curia romana histórica. Es claro que el odio nunca puede ser justificado).
Con todo lo anterior, creo que el personaje más odiado de todos los hombres ha sido y es: Jesucristo. Y son muy escasas o muy pobres las razones para hacerlo. Casi 7.500 millones de personas tiene este mundo, y son una minoría los que lo reconocen como lo que él dijo que era: “Salvador y Señor de señores”. Siendo el más “probo” de toda la Historia -no hizo maldad y no hubo engaño en su boca-, hoy en día se le persigue –persiguiendo a los que creen en él-, y se trata por todos los medios posibles sacarlo de la sociedad. Aún, su nombre es causa de escozor en líderes de influencia. Lo más triste y preocupante –y es lo que ha colaborado a esta “odiosidad” sin fundamento-, es que la obra maestra diabólica de estos últimos tiempos, ha sido la “desvirtuación” de sus enseñanzas, tanto así que hoy escuchamos muchos “falsos evangelios” que repugnan a nuestros oídos. Entre estas acepciones nos tratan de mostrar a:
- Un Jesús amante de María Magdalena
- Un promotor del mensaje de prosperidad
- Un curandero o charlatán tipo “gurú”de la India
- Un mítico personaje judío
- Un idealista fracasado e impotente
- Un asceta enajenado de la realidad, etc.
Quienes así lo presentan, demuestran una ignorancia suprema digna de lástima y molestia profunda a la vez. Creo que sirve decirlo y con absoluta firmeza, y es que, los que hemos conocido a Cristo, conocido en verdad, no podemos dejar de amarlo ¡Jamás! Me permito dar un último detalle, un gran detalle: Son millones los que han muerto por amor a Jesús y lo seguiríamos haciendo. Entre el odio y el amor, me quedo con éste último. El odio consume, el amor enriquece.
Bendiciones. AGAL 170501.-