LA LEY CORBÁN
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6.2-3).
¿Ha ido a un Hogar de Ancianos y más de alguno de ellos le ha preguntado por su hijo Juan, por María, por Manuel…? Yo sí, y es lo más doloroso que he visto.
La Ley Corbán está operando aún en nuestros días y muchos ni siquiera saben qué significa esto. Jesús denunció a los religiosos de su tiempo por esta práctica que en estos últimos días se ha hecho tan común: Los hijos abandonan a los padres –los ofrendan-. En una palabra: “Se deshacen de ellos”. Y cuando lo hacen, los tratan de acomodar en el mejor “Home de Ancianos” de la ciudad.
¡Dios, cómo abundan los asilos de ancianos en nuestras ciudades!
El aumento de Asilos para Ancianos es impresionante. La tecnología nos ha ayudado con la medicina y hoy se puede brindar una atención efectiva a los enfermos y por ende a los adultos mayores, pero esto ha acarreado como consecuencia que actualmente la longevidad sea mucho mayor que hace décadas atrás. Hoy se vive más tiempo, aunque no de la mejor forma, pero se vive más tiempo, por tales razones, entrar al Mercado de Administración de Hogares para Ancianos es un buen negocio, dicen. Los hijos no tienen tiempo para atenderlos.
La otra manera de abandonarlos -aplicando la Ley Corbán en el mejor de los casos-, es que los hijos dejan a los padres en su casa, en la casa en dónde se criaron, casa que se quedó grande por la partida de ellos, una buena casa, pero al fin y al cabo se quedan solos. A una generación que no honra a sus padres, no le puede ir bien sobre la faz de la tierra. Dios lo dice así.
Ángel Gabriel Aránguiz (190414).-